Exposiciones

Tracey Emin (1963 Londres), contagiando emociones…

Coleccion Valzuela - 05 junio 2013
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Tracey Emin, "I followed you to the sun"

I followed you to the sun

La galería Lehmann Maupin de N.Y., presenta, en sus dos salas de 540 west 26th street y 201 Chrystie street, la obra reciente de Tracey Emin “I Followed you to The Sun”.

Emin, nacida en Londres, formada en el Royal College of Arts, finalista del premio Turner, 2ª mujer  en la historia (la 1ª Bridget Riley en 1968) que ha representado a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia de 2007 y nombrada por la reina de Inglaterra “Commander of the Most Excellent Order of the British Empire” por su contribución a las artes visuales, es una de las más significativas artistas contemporáneas a nivel mundial.

Es internacionalmente reconocida por la forma directa y contundente con la que sus obras, muchas veces casi una traducción de sus experiencias personales íntimas, contagian o provocan en el espectador una amplia gama de emociones: shock, empatía, nostalgia, tristeza, autoreflexión…. Como artista utiliza la pintura, el dibujo, el neón, el bordado, la escultura, la instalación, la fotografía y el vídeo.

"You have no idea how safe you make me feel", Tracey Emin

You have no idea how safe you make me feel

"I whisper to my past do I have another choice", Tracey Emin

I whisper to my past do I have another choice

Quizás lo más interesante de esta exposición está en la sala de la calle 26th, una serie de 7 esculturas de  bronce que realizó en 2012 en la fundición de Long Island, que utilizaba Louise Bourgeois, con la que Emin había colaborado. En cada bronce patinado en blanco (edición de 5 copias y 2 AP), está grabada una de las confesiones íntimas de la artista, y sobre el pedestal, como en los antiguos sarcófagos, hay una pequeña escultura de animales y figuras humanas. También se puede ver un vídeo titulado “Love never wanted me”, en el que se ve a un zorro en el campo, Emin nos hace partícipes del dolor asociado al amor fugaz y acaba declarando: “The broken heart is a lonely world and this is the love I know” (El corazón roto es un mundo solitario y ese es el amor que yo conozco).

En la sala de Chrystie street la obra se centra en una serie muy personal de  autorretratos en gouaches sobre papel, titulada “Lonely Chair Drawings”. En esta serie, Emin representa una mujer solitaria en posiciones acordes con su propio estilo gestual. Las imágenes provienen de fotografías que ella tomó de sí misma en Francia y que provocan intensas emociones de añoranza y tristeza.

"A feeling of past", Tracey Emin

A feeling of past

Tracey Emin: "That is how you make me feel"That is how you make me feel

Unos breves trazos, una sencilla frase y las emociones aparecen, así es Tracey Emin.

Julie Mehretu en Marian Goodman N.Y., si estás allí del 11 al 22 de junio, no te la pierdas.

Coleccion Valzuela - 27 mayo 2013
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Obra de la exposición de Julie Mehretu Liminal Squared

Obra de Julie Mehretu de la exposición Liminal Squared

Liminal Squared se titula la extraordinaria exposición individual que Julie Mehretu presenta en la galería Marian Goodman de Nueva York (24 west 57th street N.Y.)

Aunque nacida en Etiopía (1970), ha crecido y estudiado en Michigan (USA) y en la actualidad vive y trabaja en Nueva York. Su pintura, con gran carga social y autobiográfica, logra un lenguaje visual, estético  y técnico, nuevo y enormemente atractivo.

Sus obras significativas, por no decir las “completas”, son las obras grandes y se estructuran en capas: fondo de lienzo blanco, trazos arquitectónicos de edificios, palacios, diseños urbanos junto con antiguos planos y mapas de ciudades que parecen sustentar, actuando de soporte, a nuevas capas de  líneas, de trazos gestuales y abstractos de grafito, tinta… que se asemejan a paisajes orientales, caligrafías… algunas borrosas, otras marcadas o borradas. Mehretu parte de la premisa de de que la arquitectura es una representación de la historia social y del poder y continúa imaginando un presente nuevo, una topografía ficticia realizada, sobre la anterior, con su característico vocabulario formal.

Exposición Liminal Squared de Julie Mehretu

Obra de Julie Mehretu de la exposición Liminal Squared

Mehretu declara: “Estoy interesada en el potencial de las “psycogeografías” que sugieren que dentro de un espacio invisible y creado, la persona  puede utilizar un recurso de autodeterminación y resistencia. Este impulso es una gran fuerza generadora en mi dibujo y mi principal proyecto conceptual como pintora”.

Extraordinaria artista y extraordinaria exposición que aquellos a quienes les guste el Arte Contemporáneo y estén en N.Y. en mayo y junio deberían ver.

Recientemente una  de sus  obras significativas, se ha vendido en Sothebys por 3.077.000 USD.

Damien Hirst en la Tate Modern: ¿el arte de provocar?

Coleccion Valzuela - 23 septiembre 2012
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Tenía mucho interés en ver esta exposición; por una parte, para contemplar un conjunto muy completo de sus obras de diferentes épocas, y por otra, para obligarme en cierto modo a clarificar -y expresar- mi propio punto de vista sobre el artista.

Que Hirst es un artista polémico y provocador no lo duda nadie; sus obras, su repercusión mediática, sus entusiastas defensores, sus intransigentes detractores, los imposibles precios que alcanzan sus obras, la forma en que, contra viento y marea, ha roto las reglas de mercado, estableciendo las suyas…, todo apunta en la dirección de la polémica. El mismo Hirst declara: “La vida y la muerte son las mayores contradicciones que existen, me gusta el amor y me gusta el odio, me gustan las contradicciones; dentro y fuera, feliz y triste… en mis obras siempre intento decir algo y negarlo al mismo tiempo”. No cabe duda, si Hirst se encuentra como pez en el agua creando y alimentando esa dualidad, ¡cómo no van a ser polemicos él y su obra!

Antes de comentar la exposición, me parece interesante opinar sobre algunas cuestiones tan polémicas como la propia obra de Hirst y que están en los comentarios y opiniones de mucha gente: ¿Es Hirst un artista o un farsante y embaucador?, ¿formarán sus obras parte de la historia del arte del siglo XX/XXI , o serán totalmente olvidadas?, ¿Podrán mantener su enorme valor? Contestar a estas preguntas significa comprometerse, mucha gente ya lo ha hecho y un gran número de personas, alguna de enorme relevancia en el mundo de las artes literarias (Vargas Llosa, El honesto embaucador), consideran que Hirst no es un artista y que sus obras rondan la tomadura de pelo, algunos, Vargas Llosa entre ellos, lo expresan con tanta acritud y pasión descalificadora como provocadoras son las obras de Hirst; casi parece una estricta aplicación de la ley del Talión “ojo por ojo y diente por diente”.

Cuando pensé en un título para la sección de Arte Moderno y Contemporáneo de la Web de la Colección Valzuela, opté por la expresión “La aventura de la libertad“, intentaba decir que la expresión artística debía ser totalmente libre, carente de corsés, de ideas preconcebidas, de dogmatismos…, quería expresar que la creación plástica era una verdadera aventura, donde la ruptura podía y debía estar presente, donde el lenguaje empleado podría avanzar tanto que nos sorprendiese y que inicialmente lo rechazásemos, me parecía que muchas veces la realidad de la obra artística iría claramente por delante de nosotros.

En realidad no estaba diciendo nada nuevo, era repetir la constatación de la realidad de la evolución de la historia de las artes plásticas, ¿o es que ya hemos olvidado que a los impresionistas se les insultó en su época?, ¿que tuvo que pasar mucho tiempo para que artistas como Van Gogh, Modiglani y un largo etcétera, en el que incluso podríamos incluir a Picasso, fuesen reconocidos y apreciados fuera de los círculos artísticos? ¿Y no nos acordamos de las obras de aquellos artistas que nosotros mismos rechazábamos tajantemente hace unos cuantos años y ahora nos parecen fantásticos? ¿Qué ha pasado? Pues a mi juicio ha pasado lo mismo que ha pasado desde el principio de los tiempos y lo mismo que, con toda probabilidad, seguirá pasando: que la creación plástica, afortunadamente, va por delante de nosotros y que el tiempo es posiblemente el único juez imparcial que acostumbra a dejar clara, y también a revisar, su opinión.

Pues sí, personalmente creo que Hirst es un verdadero artista, absolutamente provocador pero artista, que partiendo de reflexiones nada novedosas (la muerte, el ciclo de la vida, la fragilidad, el cuerpo humano…) las expresa a veces con un lenguaje tradicional pero casi siempre con uno diferente, nuevo y provocador. Algunas de sus obras forman ya parte de la historia del arte contemporáneo y mi personal, y por supuesto discutible, opinión es que creo que el tiempo las ratificará, a pesar de lo efímero de algunas de ellas. En cuanto al valor de sus obras, la sociedad contemporánea nos tiene acostumbrada a valorar brutalmente, lo único, lo sorprendente, lo notorio, lo exclusivo, lo popular… y me parece que así seguirá pasando, básicamente, con las principales obras de Hirst.

Al entrar en la exposición, veíamos los primeros, y para mí atractivos, trabajos, nada provocativos por cierto, que incluyen las reconocibles pinturas de puntos de colores (Spot Paintings) que tienen su origen en el intento de encontrar una estructura en la que Hirst pudiese controlar el color sin que el color controlase su obra, y que se han convertido casi en la marca Hirst, y la serie Boxes con evidente influencia de los minimalistas americanos.

En las siguientes salas se exponían los primeros armarios de medicinas (Medicine Cabinets), realizados a finales de los 80 y en los que se ven, perfectamente organizados, remedios para diversas dolencias y partes del cuerpo humano, en lo que parece ser una forma de representar la fe de muchas personas en la medicina moderna y también una forma de visualizar el cuerpo humano y sus diversas partes y órganos. Algunos de ellos están titulados con las canciones del álbum “Never Mind the Bollocks” de los Sex Pistols.

Una gran vitrina de cristal contenía  una de las obras más brutales de la exposición (A Thousand Years 1990): una cabeza de vaca putrefacta rodeada de miles de moscas vivas, que continúan el ciclo de la vida depositando sus huevos, y otras tantas muertas, electrocutadas por un sistema anti-insectos, que finalizan su ciclo vital. Hirst aplica su principio de incorporar objetos reales llenando una limpia y minimalista vitrina con la suciedad de la materia orgánica asociada a la vida y a la muerte, y reproduciendo, sin control humano, el nacimiento, el desarrollo y la muerte.

Hay una buena representación de obras de la serie de Historia Natural, basada en animales conservados en líquidos. Comienza con las primeras obras de diferentes peces “Isolated Elements Swimming in the Same Direction for the purpose of Understanding (Left) and ( Right), 1991″, de corderos, “Away from the Flock, 1994″, “Black Sheep, 2007″, de terneros ” Mother and Child Divided, 1993″ y de tiburones “The Phisical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, 1991″. En estas series, Hirst recuerda sus años en Leeds, donde asistía en el mismo edificio del museo de su ciudad a exposiciones de historia natural y de arte. En la serie de tiburones, Hirst materializa una idea que escribió siendo estudiante y que consistía en provocar miedo en el espectador al pensar que está en el mismo espacio que un tiburón.

Además de los armarios de medicamentos, Hirst realizó vitrinas conteniendo objetos presentados como muestras de museo, con Cigarrillos “Dead Ends Died Out, Examined 1993″, Conchas, Instrumentos quirúrgicos, pildoras “Lullaby the seasons, 2002″, Diamantes, etc. que pueden verse en la exposición. Personalmente, las de píldoras y diamantes me resultaron atractivas y especialmente plásticas.

La serie de pinturas circulares, “Spin Paintings”, realizadas mecánicamente con esmalte y con las que el artista pretende materializar una especie de celebración, al azar, del color, me parecen menos interesantes.
Dos salas también polémicas, las que contienen lienzos blancos donde algunas mariposas, que nacen y viven en las salas, revolotean entre los asistentes, y otras han quedado pegadas a ellos. Nuevamente la dualidad, de la vida, la muerte, la belleza, el horror…

Sin dejar las mariposas, esta vez como símbolo de belleza y de fragilidad de la vida, Hirst realiza minuciosas y delicadas obras con sus alas y cuerpos, recordando vidrieras medievales “Doorway to the Kingdom of Heaven, 2007″ y “Sympathy in White Major- Absolution II, 2006″. Casi parece mentira que estas almibaradas obras las haya hecho el mismo autor de otras tan brutales y provocadoras.

No quiero acabar sin citar dos obras sorprendentes e interesantes; “The incomplete Truth, 2006″, una paloma suspendida en formaldehído que parece volar y se asemeja a la iconografía cristiana del Espíritu Santo, del Mensajero de la Paz… y “For the Love of God, 2007″, una calavera humana revestida de 8.601 diamantes, con uno de tamaño excepcional en la frente y que fue vendida por 74 millones €, aunque luego se supo que el propio Hirst participó en el consorcio que compró la obra.

Estoy seguro que se seguirá hablando mucho de Hirst, a algunos les parecerá interesante, les gustará y defenderán su obra, a otros- quizás en mayor número- les disgustará, no lo valorarán e incluso pensarán que eso no arte, y por último habrá también quienes -espero que los menos- se enrocarán en su arrogancia para descalificarle e intentar, a toda costa, que todo el mundo tenga su misma opinión. Pienso que en el mundo del arte, es siempre el tiempo y el mercado los que acaban decidiendo… y hoy por hoy, gana Hirst.

(La exposición ha terminado, pero tendrás más oportunidades de ver la obra del polémico Damien Hirst. Aunque seas crítico con su obra, si puedes, debes verla. Confirmarás o cambiarás tu propio punto de vista, que es lo importante).

 

Damien Hirst, Spot Painting, 1991

Spot Painting, 1991

Damien Hirst, Boxes, 1988

Boxes, 1988

Damien Hirst, Medicine Cabinet, 1989

Medicine Cabinet, 1989

Damien Hirst, A Thousand Years, 1990

A Thousand Years, 1990

Damien Hirst, Isolated Elements Swimming in the Same Direction for the Purpose of Understanding (right), 1991

Isolated Elements Swimming in the Same Direction for the Purpose of Understanding, (right), 1991

Damien Hirst, Away from the Flock, 1994

Away from the Flock, 1994

Damien Hirst, Black Sheep, 2007

Black Sheep, 2007

Damien Hirst, Mother and Child Divided original, 1993

Mother and Child Divided original, 1993

Damien Hirst, The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, 1991

The Physical impossibility of Death in the Mind of Someone Living, 1991

Damien Hirst, Deads Ends Died Out Examined, 1993

Deads Ends Died Out, Examined, 1993

Damien Hirst, Lullaby the Seasons, 2002

Lullaby, the Seasons, 2002

Damien Hirst, Spin Paintings

Spin Painting

Damien Hirst, Doorway to the Kingdom of Heaven, 2007

Doorway to the Kingdom of Heaven, 2007

Damien Hirst, Simpathy in White Major Absolution II, 2006

Simpathy in White Major-Absolution II, 2006

Damien Hirst, the Incomplete Truth, 2006

The Incomplete Truth, 2006

Damien Hirst, For the Love of God, 2007

For the love of God, 2007

No todo Hopper es Hopper…

Coleccion Valzuela - 29 agosto 2012
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La exposición de Edward Hopper, en el museo Thyssen-Bornemisza, merece verse, y lo merece casi exclusivamente por 14 ó 15 obras magníficas, el resto de la exposición nos describe una vida poco apasionante y nos muestra unas obras que – por ellas mismas – probablemente no hubieran llevado a Hopper muy lejos.

Eso es lo primero que llama la atención, la enorme diferencia entre el atractivo de unas obras magníficas y lo anodino y casi vulgar de otras. Y desde luego no es un problema de fechas, algunas de las primeras están hechas entre 1925 y 1962, y lo mismo las segundas.

El realismo no académico, la utilización simple y rotunda del color y sobre todo la enorme capacidad de descripción de su pintura (sentimientos, sensaciones, impresiones, premoniciones…) consiguen materializar obras capaces de contarnos o hacernos construir, a cada uno de nosotros, una historia que acaba de suceder, que se plasma en un fotograma (el cuadro) y que volverá a tomar vida para hacernos sentir lo que va a pasar.

Las obras que no hay que perderse:

Casa junto a la vía del tren, 1925

¿Quién no querría tener esta obra, incluso olvidando la película “Psicosis” de Alfred Hitchcock? (filmada 35 años después, en 1960)?

Casa junto a la vía del tren, Edward Hopper, 1925

 

Habitación de hotel, 1931

Habitación de hotel, Edward Hopper, 1931

Mañana en una ciudad, 1944

Mañana en una ciudad, Edward Hopper, 1931

Reunión nocturna, 1949

Reunión nocturna, Edward Hopper, 1949

Oficina de noche, 1940

Oficina de noche, Edward Hopper, 1940

Habitación en Nueva York, 1932

Habitación en Nueva York, Edward Hopper, 1932

Gasolinera, 1940

Gasolinera, Edward Hopper, 1940

Gente al sol, 1960

Gente al sol, Edward Hopper, 1960

Sol de Mañana, 1952

Sol de mañana, Edward Hopper, 1954

Primera fila, 1951

Primera fila, Edward Hopper, 1951

Dos cómicos, 1966

Dos cómicos, Edward Hopper, 1966

¡Míralas de nuevo!, ¿no crees que simplemente por ellas Hopper está donde debe estar en el mundo del arte?

Si te gusta Edward Hopper, no dejes de ver la obra del fotógrafo americano Gregory Crewdson (1962). Posiblemente mediatizado por un padre psicoanalista,  con una producción artística construida con técnicas cinematográficas, una influencia reconocida de Hopper y una extraordinaria calidad en su obra, su cercanía al pintor americano, 80 años después, es sorprendente.

Untitled (Beneath the Roses), 2004

Gregory Crewdson, untitled (beneath the roses), 2004

 

Summer Rain

Gregory Crewdson, summer rain

 

Untitled

Gregory Crewdson

 

Untitled (Beneath the Roses), 2005

Gregory Crewdson, untitled (beneath the roses), 2005

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El retrato en el Renacimiento, de Donatello a Bellini, ” Virtutem forma decorat”

Coleccion Valzuela - 15 marzo 2012
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El retrato en el Renacimiento, de Donatello a Bellini. Metropolitan Museum, New York, hasta el 18 de marzo.

Esta magnífica exposición se inicia con el retrato femenino en Florencia en el siglo XV, ciudad y momento en el que el retrato  comienza a conquistar  el gusto y el espacio en las casas y palacios de  familias nobles y de la alta burguesía, siendo calificado como un tributo a la belleza (Virtutem Forma Decorat o la belleza adorna la virtud) .

De ahí el título de este post, que me lleva a hablar de lo que en mi opinión es más relevante de la exposición, pero, sobre todo, de la belleza en el arte.

Toda la exposición es belleza con mayúsculas; obras de Masaccio, Paolo Ucello, Fra Angelico ( dibujo de la colección de Elisabeth II), Fra Filippo Lippi, Sandro Boticcelli, Andrea del Verrochio (escultura), Davide Ghirlandaio, Pisanello (dibujos), Andrea Mantegna, Gentile Bellini (dibujo), Jacopo Bellini, etc.

Siempre he sido un convencido de que la belleza (en su sentido más amplio) es un acompañante  básico y natural del arte de todos los tiempos. Virtutem Forma Decorat, o  la belleza adorna la virtud (es decir la maestría).

Qué magníficos ejemplos de belleza en esta exposición:

Belleza serena, romántica, frágil, casi táctil (pelo y brocado del vestido) en la obra de Antonio de Pollaiuolo (1).

Belleza  tierna, en la expresión del nieto preferido hacia el abuelo, que parecería enfrentada al reflejo de la enfermedad de este último y que sin embargo se hermana con ella, gracias a la belleza de la expresión del amor  que Domenico Ghilandaio consigue imprimir a la cara del abuelo. (2)

Belleza de la muerte presentida, en la gran obra de Jacopo Bellini que representa a San Bernardino de Siena. (3)

Belleza en el diálogo sin palabras que inmediatamente se establece con los bustos femeninos de Desiderio Settignano (4) y Andrea del Verrochio (5).

Soy consciente de que mi tesis sobre la  belleza (incluso en su sentido más amplio ) en el arte, y más todavía en el Arte Moderno y Contemporáneo, es controvertida, pero ¡qué gran argumento a mi favor constituye esta exposición!

Imágenes:  www.metmuseum.org

(1)

Portrait of a Lady, Antonio Pollaiuolo

(2)

Portrait of an Old Man and a Boy, Domenico Ghirlandaio (Domenico Bigordi)

(3)

Saint Bernardino of Siena, Jacopo Bellini (Italian, Venetian, active 1424–70)

(4)

Bust of a Young Woman (Marietta di Lorenzo Strozzi?), Desiderio da Settignano

(5)

Bust of a Young Woman, Andrea del Verrocchio

 

El Hermitage en El Prado

Coleccion Valzuela - 12 diciembre 2011
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El riesgo de que las expectativas superen a la realidad…

(Cuando una exposición involucra a dos de los mejores museos del mundo, las expectativas son inevitablemente muy altas).

El museo de El Hermitage, en San Petersburgo, está formado por diferentes palacios a orillas del Rio Neva. Fué comenzado por Pedro I el Grande, el zar que fundó la ciudad en 1703, y fueron especialmente importantes en su desarrollo posterior  Catalina II la Grande y su nieto Nicolás I. Sus enormes y extraordinarios fondos, que hacen del Hermitage un museo único, provienen básicamente de las colecciones  de los zares que fueron nacionalizadas tras la revolución de 1917.

La exposición está organizada en IX secciones, se inicia por “Los Zares fundadores del Hermitage”, con retratos de  Pedro I, Catalina II, Nicolás I  etc. y “San Petersburgo y el Hermitage”, con oleos de vistas del Palacio de invierno y dependencias del Museo por Benjamín Patersson, nombrado pintor oficial de la Corte Imperial en 1800.

Aunque es clara la necesidad de poner en contexto la exposición, este inicio es pobre y poco atractivo, desde el punto de vista artístico, y más todavía si tenemos en cuenta que estamos hablando de la puesta en escena de uno de los mejores museos del mundo.

Continuamos con “El oro de los nómadas de Eurasia” con maravillas como Peine con escena de batalla (siglo V/IV a.C.) y con “El oro de los Griegos” que sigue mostrándonos excepcionales piezas como: Torque con jinetes escitas (siglo IV a. C.), Diadema con nudo Hércules (siglo II a.C.), etc. Aquí sí se muestra el Hermitage en todo su esplendor.

Seguimos con las salas dedicadas a” Pintura, Escultura y Dibujos de los siglos XVI-XVII.”, con muy buenas obras de Lotto, Ribera, Caravaggio y con otras de grandes artistas que difícilmente pueden competir con las que alberga el museo anfitrión. Que pena que el Hermitage no haya sido más ambicioso en la selección de las obras de la muestra.

Pasamos por “El Hermitage escenario de la Corte” con vestidos y uniformes de gran riqueza y entramos en “Pintura, Escultura y dibujos del siglo XVIII”, donde estan muy bien representados, entre otros, artistas como Antón Ráphael Mengs, Antonio Canova, Jean-Antoine Houdon… pero donde también echamos de menos la riqueza de los fondos del Hermitage.

La penúltima sala es la dedicada a las “Artes Decorativas de Oriente y Occidente”, donde veremos piezas de una riqueza y belleza sorprendentes como las Horquillas de la Dinastía Ming (siglos XVI-XVII), Sable con vaina en oro, plata, esmaltes y piedras preciosas (Irán, siglo XIX), Cinturón de terciopelo, piedras preciosas, hilo de oro y plata (Uzbekistan, siglo XIX), Ramo de acianos y espigas de avena de Fabergé (c. 1900).

La exposición finaliza con “Arte de los siglos XIX Y XX”, y no es ésta época, sobre todo el siglo XX, por la que el Hermitage  ha ganado su mítica imagen como museo. En cualquier caso hay obras que no debemos dejar de ver, personalmente nos han gustado, entre otras, Kees van Dongen (mujer con sombrero negro), Kazimir Malevich (cuadrado negro) y  Wasily Kandinsky (Composición VI).

Como resumen, una exposición con”Sombras” y “Luces”.

“ Luces” en las extraordinarias secciones de “El oro de los nómadas de Eurasia”, “El oro de los Griegos” y “Artes decorativas de Oriente y Occidente” y” Sombras”, tanto en su inicio, como en la “Pintura, Escultura y Dibujo de los siglos XVI-XVII, XVII Y XIX-XX”, en las que, sin duda, hay algunas muy buenas obras pero parece como si los comisarios de la muestra no hubiesen tenido en cuenta que el museo anfitrión era nada mas y nada menos que El Prado y que debían mostrar lo mejor del Hermitage para poder cumplir las altas expectativas generadas.

Francesca Woodman en MOMA San Francisco

Coleccion Valzuela - 15 noviembre 2011
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5 de noviembre 2011 – 20 de febrero 2012

Francesca Woodman (1958-1981) fue una artista decisiva en su tiempo.

Treinta años después de su muerte, su obra llama la atención poderosamente por sus brillantes ambigüedades y por la extraordinaria riqueza de sus exploraciones del autorretrato y del cuerpo en los espacios arquitectónicos.

Esta retrospectiva, la primera en EEUU en más de dos décadas, presenta el complejo trabajo de la artista hasta su suicidio a la edad de 22 años.

Junto con videos y libros de la artista, las fotografías que se exponen, algunas de ellas nunca mostradas anteriormente, conforman el retrato de una artista comprometida con las principales preocupaciones de la época, feminidad y subjetividad femenina, la naturaleza de la fotografía, pero con una diferente y profunda visión personal.

Esta exposición, organizada por el Museo de Arte Moderno de San Francisco, ha contado con el apoyo de la Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales y por la Fundación Robert Mapplethorpe.

Francesca Woodman está representada en la Colección Valzuela con las siguientes obras:

Fotografía Francesca Woodman, "Sin título", 1975-78

Francesca Woodman
Sin titulo, Rhode Island, 1975-78, print 2005
Gelatin siver estate print, 25,4 x 20,3 cm.
Inventario P.129, Edición 4/40

 

Fotografía Francesca Woodman, "Sin título", 1979-80

Francesca Woodman
Sin título, 1979-80, Print 2005.
Gelatin silver estate print, 25,4 x 20,3
Inventario p/NF.430, edición 13/40

Gerhard Richter en la TATE Modern

Coleccion Valzuela - 22 octubre 2011
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Una extraordinaria exposición que emociona y que, por si sola, merece un viaje a Londres…

Aunque no es tan frecuente como sería deseable, en esta exposición se funden, un magnífico artista, unas obras extraordinarias y una más que acertada labor de comisariado.

La muestra refleja la enorme riqueza de Richter en sus diversas formas de aproximación a la pintura y en su capacidad para crear obras maestras, tanto figurativas como abstractas, que realiza alternativamente y en el mismo horizonte temporal, que dialogan con absoluta fluidez.

Más información sobre la exposición en Tate Modern

6 octubre-8 enero 2012; Tate Modern, Bankside SE1 9TG, Londres.